Domingo 29/ 20hs. 

TOMATES ASESINOS presenta su nuevo disco «Noches de Absaló» (2011)

Tomates Asesinos ofrece en Noches de Absaló una visión desdramatizada de las relaciones humanas, pero dramatizada tanto en la música como en las letras. Una apuesta por las canciones en castellano, fiel a sus exploraciones continuas por diversas sendas estéticas, sin encallar en etiquetas de estudios de mercado. Sin duda, en esta obra se afirma como una banda que apuesta a las emociones fluctuantes, tanto humanas como celestiales.

La portada del disco ya ofrece algunas pistas sobre el contenido esencial de la obra en tanto a su sensibilidad efervescente. A tientas, es un licuado delicioso, un elixir que no provocará empacho. En materia estética los ingredientes escogidos son múltiples: rock progresivo, beatlemanía, blues, chacarera, ruidismo, techno, new wave, tropicalismo, metal, canción melódica… Un compendio de fusión extrema.

Su fidelidad compositiva se mantiene intacta: el cuarto disco difiere de sus álbumes anteriores, Lujuria en el espacio, Los Folkos y Elitismo para todos, que ya venían sembrando el camino de la diferencia. Es que el estilo Ronkinkonkin –así llamado por sus cultores, integrantes de la banda- no se define por sus aspectos formales, si no por perfectas dosis de juego, realidad y delirio cósmico. Los diez temas fueron compuestos entre 2007 y 2009, en neto castellano y cuentan con la producción concienzuda de Andrés Oddone. Canciones de tecno fogón, para ser coreadas en la ducha o en el bondi.

1. Voz de Cd
2. Laberinto
3. Protocolo
4. Conector
5. Abogacía
6. Bondi
7. Reventón
8. Absaló
9. Verdana
10. Obiguán

Luis El Halli Obeid, Santiago Guerrero y Enzo Silva: composición, arreglos, sintes, programaciones, guitarras y voces. Andrés Oddone: producción y mezcla // Sebastián Spada: técnico de grabación // Sebastián Cordovés: mastering. Dsñ: www.santiagoguerrero.com.ar

Noches de Absaló es una coedición entre Ronkin Music, Pino Rec y Fundación El Cíclope www.elciclope.org.ar

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Dicen los expertos:

Noches de Absaló contiene 10 de las muchas canciones que Tomates Asesinos compuso desde 2007 a esta parte. La razón para que muchas de ellas quedaran fuera de este registro es que los autores consideraron que el mundo aún no está listo para entenderlas.

El método compositivo de Tomates Asesinos es el martirio, un rigor científico mal entendido, una prueba y error tan confusa que en vez de aclarar, oscurece. Capas de arreglos y sonidos que Andrés Oddone tuvo que diseccionar al borde de la demencia y con paciencia de relojero, para obtener gemas de dudosa autenticidad pero de bizarra belleza. Una clara expresión de lo que comúnmente se denomina ronkinkonkin.

Como un chaleco antibalas mal puesto, estas canciones remiten a otras pero en todo caso las referencias están tan manoseadas e irresponsablemente usadas, que siguen siendo un salto al vacío en la pileta de la música pop en castellano. El gran mérito es sostener este estado de descomposición en un engañoso formato de simple canción. Como un puñado de joyas cayendo desordenadamente desde una mesa, este álbum es un alegato de la vehemencia con la que Tomates Asesinos no se resigna a dar por perdida la carrera para lograr un espacio en la industria.

Aquí las claves para comprender la etiología sonora y pseudo-poética de esta obra conceptual que toca todos los grandes temas de la epopeya humana. Una celebración de la mixtura entre tradición y vanguardia. Un viaje cuasi enciclopedista por los más diversos estilos, en un tour de force que sólo busca demostrar la erudición, el buen gusto y el savoir faire de sus creadores:

1. Voz de Cd
Furia, urgencia adolescente y la consecuente problemática de pensar exclusivamente con el cerebro de abajo. New wave fusión sin concesiones. Ramplona catarsis juvenil y minimalismo multicapa.

2. Laberinto
Ellos viven un amor de cine pero ninguno de los dos logra aceptar al otro tal cual es. Un abordaje post borgeano del amor líquido. Ella decide irse en vez de componer una canción. El se ha salvado sin saberlo. Pop barrial de máxima pureza, para llegar al clímax romántico.

3. Protocolo
Los gurúes del marketing y el entrepreneurship inescrupuloso en una farsa de diálogo con la rancia tradición telúrica. Un relato de la inmediata actualidad mal comprendida. Doma, folclore y osciladores de baja frecuencia. Una proeza roots con final abierto.

4. Conector
Oda al amor cibernético en clave de melancólico blues sureño: dos microchips escapan de un sequencer y un sampler respectivamente, para vivir una noche de sexo binario sin restricciones morales. Una grave denuncia sobre el puritanismo reinante en la tecnopolítica.

5. Abogacía
Otra canción de protesta. Luego de un largo coqueteo con la loca bohemia, ella transa con el sistema. El frustrante agobio del que se queda siempre a la izquierda de la vida. Auténtico soul de fogón en si mayor y en 5/4.

6. Bondi
Techno circence. La utopía de la felicidad humana es alcanzada una mañana de domingo en el transporte público. Pero siempre hay gente dispuesta a arruinarlo todo. Cómo salir ileso y optimista respecto del mundo, luego de una experiencia traumática con una cadencia de 3/4.

7. Reventón
Pornografía existencialista entre muebles estilo Luis XVI, pelucas platinadas y un decadente maquillaje rococó. Un vivaz clavicordio aparece entre las tinieblas para decirnos que no todo está perdido. Punk industrial amanerado.

8. Absaló
Los Tomates consiguen el password secreto para acceder a las orgías rituales de Ganímedes. Al no poseer el don de la telepatía todo intento de sentir placer se demuestra inútil. La ciencia equivoca su camino una vez más. Surf-Dancehall típico de los años 50. Vertiginoso como el oleaje de la Cañada.

9.
Verdana
El drama de la estética tipográfica llevada al paroxismo diario. La irritabilidad histérica de las relaciones actuales expresada en forma de breakdance progresivo con aires mesiánicos.

10. Obiguán
La bajada de línea como tragedia humana, flagelo largamente detentado por el rock vernáculo. Un ritmo machacante para acusar con el dedito a quien hace lo inverso a lo que dice. Europop de fuste para declamar contra una beatlemanía falsaria que no amaina entrado el siglo XXI.