de Camila Sosa Villada

ÚLTIMA FUNCIÓN Domingo 26 de Noviembre – 21.30 hs.

DocumentA/Escénicas – Lima 364, Córdoba Capital

Las entradas para la obra se adquieren por la boletería del teatro de jueves a domingo desde las 19 hs. No se toman reservas.

Valor de las entradas $200 general / $150 estudiantes y jubilados con credencial. 

A finales del año 2008 mi mamá fue al santuario de La Difunta Correa en San Juan para agradecerle que había salido todo de acuerdo a lo esperado en una operación de vesícula que se había hecho a mitad de año. En esa visita ella le hizo una promesa a La Difunta para que yo consiguiera trabajo y me alejara de la vida que llevaba entonces: era prostituta y tenía una cercanía peligrosa con las drogas, el alcohol y el riesgo.

A los tres meses de que mi mamá hiciera esa promesa, yo estrené Carnes Tolendas que fue mi primer obra con mucha afluencia de público y dejé para siempre la calle, el parque donde ejercía la prostitución y también deje aquellos vicios dañinos.

Yo no sé si fue la fe de mi mamá o un golpe de suerte, lo cierto es que haber hecho aquella obra que fue además un biodrama, es decir, que se trataba sobre mi historia, me salvó la vida. Me devolvió al mundo como una persona digna, querida, respetada. Aquellos años quedaron atrás y junto con ellos quedaron los días amargos y tristes y comenzaron otros.

Por eso digo que el teatro me salvó la vida.

Esta obra es un homenaje a La Difunta Correa, esa santa popular tan milagrosa y que cuenta con tantos fieles en su haber y a su historia, a su terrible historia que forma parte de la historia más negra de Argentina con protagonistas como Quiroga.

La Difunta Correa, hija de un guerrero de la independencia, don Pedro Correa, que gozaba de la amistad del gobernador de San Juan por el año 1840. Al morir el gobernador, los privilegios de haber sido un soldado que había luchado por la libertad del país se le terminaron. Los enemigos del padre de La Difunta comenzaron a molestar a su hija, a pesar de que ella se había casado con quién había elegido.

Al poco tiempo, las montoneras de Quiroga reclutaron a su padre y a su esposo, sin tomar en cuenta que La Difunta se quedaba sola con un bebé recién nacido, a merced de la crueldad de los enemigos de don Pedro Correa.

El acoso de esos miserables a La Difunta fue en aumento. Hoy podríamos hablar de acoso sexual, de violencia de género, de cobardía. En ese entonces, el comisario del pueblo, celoso del prestigio de Pedro Correa, más toda una horda de secuaces igualmente cobardes, quería obligar a La Difunta a casarse con él. Al ver que no cedía decidieron terminar con su vida y de paso castigar a su esposo y a su padre.

Guiada por el aviso de un amigo, ella se enteró de que venían a buscarla y salió desprovista de agua y víveres, sólo llevando en brazos a su bebé recién nacido, para cruzar el desierto y llegar a La Rioja que era donde se encontraba su esposo.

A los tres días, unos vaqueanos, alertados por el vuelo negro de las aves de rapiña, dieron con el cuerpo muerto de La Difunta y dice la leyenda que encontraron a su bebé, amamantándose milagrosamente del cuerpo de su madre.

Desde entonces, el mito creció hasta convertirse hoy en una santa popular como pocas en nuestro país, que estuvo incluso prohibida por la iglesia católica y que se desdeña, justamente, por sus raíces libertarias y por el profundo erotismo que esconde su historia.

Cómo no llevarla a escena. Cómo no atreverse a contar su historia?

Todos tenemos un desierto delante nuestro, que a veces logramos esquivar, y a veces, perdidos, desorientados, asustados, nos atrevemos a cruzar. Camila Sosa Villada

Ficha técnica

Dirección: Camila Sosa Villada y Érica González

Libro: Camila Sosa Villada

En escena: Camila Sosa Villada, Agustín Albrieu Llinás

Dirección musical: Agustín Albrieu Llinás

Escenografía e iluminación: Juliana Manarino Tachella

Producción: María Paula del Prato

Este espectáculo es una co-producción de DocumentA/Escénicas 2017

Fotografía Lali Zanotti